miércoles, 22 de septiembre de 2010

EDITORIAL


DESAFIOS PARA LA INCLUSIÓN

(Primera Parte)


En Argentina viven cerca de 40 millones de habitantes, según el último censo nacional.

Un 10 % de esta población vive en lo que se denomina “pobreza estructural”. Difícilmente estos 4.000.000 de argentinos salgan de esta situación socioeconómica.

El 40 % de los habitantes del país que conforman la población económicamente activa, trabajan dentro de la “informalidad económica”. Es decir: en negro, sin ninguna prestación social. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) la califica como “personas sin trabajo decente”.

Cerca de 900.000 jóvenes entre 16 y 24 años de edad; “no estudian, ni trabajan”. Los jóvenes que consiguen un trabajo “no calificado” (Ej. Repositor de góndola) les cuesta sostenerlo en el tiempo. No tienen continuidad en su tarea habitual. Esa continuidad la enseña la escuela. El método lo constituye la escuela; pero no asisten, en consecuencia difícilmente logren este hábito.

El conflicto social lo genera la “desigualdad económica”. En 1970 por cada cien pesos (100$), siete (7$) ingresaban en los sectores altos de la sociedad, y un peso (1$) en los sectores humildes. La brecha se disparó hacia 2001, donde por cada 100$, los sectores ricos tomaban 44$ y el sector humilde continuaba con 1$. Hoy (2010) la relación es de 31$ a 1$ para estos dos sectores (Ricos / Pobres).

La “concentración de los recursos económicos” se reparte en un 70% para el Estado Nacional; 23% se reparte entre las distintas provincias Argentinas, y el 7% restante se destina a Municipios y Comunas.

El 70% de los pobladores (28.000.000 de personas) viven en “Grandes Centros Urbanos” (Gran Rosario; Gran Córdoba, Gran Mendoza, etc.) 11.000.000 de éstos viven en el conurbano bonaerense. Viven en un ciclo continuo de hacinamiento, endeudamiento y pobreza.

El problema de hoy no es la pobreza, sino la pobreza con endeudamiento. El sector pobre toma crédito, no los puede pagar; refinancia su deuda, sigue sin poder pagarla y finalmente sale del circuito financiero. Es más pobre y ya no tiene crédito.

Desde hace unos 15 años, está es la “nueva problemática social” que impide la inclusión:


Informalidad económica.

Desigualdad social.

Jóvenes que no estudian ni trabajan.

Concentración de los recursos económicos.

Hacinamiento en los Grandes Centros Urbanos.


Las ONG´s “tratan” de hacer inclusión social. Hoy en Argentina hay 80.000 Organizaciones de la Sociedad Civil registradas, que tienen su gran fortaleza en los recursos humanos; pero que su mayor dificultad es la falta de recursos económicos para elaborar sus programas o proyectos.

Por otra parte las Empresas desde el año 2001 han comenzado a poner en práctica la “Responsabilidad Social Empresaria” (RSE); que hasta el 2007 se basó en un compromiso asistencial.

Desde el 2008 la RSE ha crecido y “ha cambiado”. Hoy se basa en la educación, el trabajo y el emprendedorismo (Formar emprendedores / Mano de obra calificada).

La actual expansión económica que se vive en el Estado puede tener un auge máximo de entre 5 a 6 años. Si lo sabemos aprovechar podemos continuar con su envión por otros 15 años aproximadamente. Si no vemos la oportunidad, la brecha riqueza / pobreza será tremendamente enorme.

El gran desafío para la inclusión social, es la articulación entre el Sector Público, el Sector Privado y la Sociedad Civil (ONG´s).

Si podemos articularnos, tenemos la posibilidad de acortar esa brecha que separa a ricos y pobres en un mediano plazo.


Fuente: Lic. Daniel Arroyo

Ex Ministro de Desarrollo Social de la Nación

Presidente del Banco Provincia de Buenos Aires

(En el marco de la XVI Jornada Argentina del Sector Social)