DESAFIOS PARA LA INCLUSIÓN
(Ultima Parte)
En la edición anterior hice un diagnostico donde dejando de lado la pobreza estructural (que es irreversible) había cinco puntos fundamentales, a mi criterio, que había que revertir para lograr la inclusión social.
*Informalidad económica.
*Desigualdad social.
*Jóvenes que no estudian ni trabajan.
*Concentración de los recursos económicos.
*Hacinamiento en los Grandes Centros Urbanos.
Y esta situación se puede revertir si logramos articular el Sector Público (Estado) con el Sector Privado (Empresas) y la Sociedad Civil (ONG´s).
Bien… ¿Cómo empezamos?.
La informalidad económica se combate con microcréditos. Existen hoy 4.000.000 de personas que trabajan sin tener acceso al crédito bancario. Este fenómeno llamado “pobreza con endeudamiento” se revierte con pequeños créditos para cambiar herramental de trabajo, que sirva para generar mayores recursos económicos en los emprendedores (Pymes / Mypes).
La desigualdad social que genera violencia e inseguridad se combate desde el Estado, distribuyendo mejor la riqueza e implementando políticas sociales acordes con cada región.
Los jóvenes no estudian ni trabajan, porque ya no creen en el sistema político, en las instituciones y por que en general no tienen una meta para alcanzar. Los jóvenes de hoy creen en “una persona” (maestro-vecino-amigo). Creen en un “Tutor”. Alguien que los guíe, que llegue a ellos con su palabra. Debemos acompañar a los jóvenes con tutores que los devuelvan a la escuela, al trabajo; crear un sistema becario con acompañamiento económico para que el joven tome “hábitos de continuidad”. Además hay que flexibilizar la educación.
Crear empleo para el que busca trabajo, desde un desarrollo local. Nuevas políticas laborales, acorde a las necesidades de cada región. Fortalecer la capacitación sólo en las áreas en donde se necesita trabajo; con una metodología rápida.
Y fortalecer las redes comunitarias (Estado + ONG´s + Empresas) ya que las Organizaciones Sociales están muy dispersas y su impacto social es muy bajo.
Las Organizaciones del Tercer Sector que creen que el asistencialismo (Comedor / Copa de leche / Costurero) sigue siendo una herramienta de inclusión social, están totalmente equivocadas. Hoy (2010) las herramientas y metodologías han cambiado. Hay nuevas modalidades de articular el lenguaje entre: Estado / ONG´s / Empresas. Capacitar. Crear fuentes genuinas de trabajo con roles para cada sector; con métodos de planificación rápidas.
Hay que aprovechar estos 5 años de crecimiento para sostenernos durante los próximos 15 años.
Insisto: El gran desafío para la inclusión social, es la articulación entre el Sector Público, el Sector Privado y la Sociedad Civil (ONG´s).
Si podemos articularnos, tenemos la posibilidad de acortar esa brecha que separa a ricos y pobres en un mediano plazo.
Fuente: Lic. Daniel Arroyo
Ex Ministro de Desarrollo Social de la Nación
Presidente del Banco Provincia de Buenos Aires
(En el marco de la XVI Jornada Argentina del Sector Social)
(Ultima Parte)
En la edición anterior hice un diagnostico donde dejando de lado la pobreza estructural (que es irreversible) había cinco puntos fundamentales, a mi criterio, que había que revertir para lograr la inclusión social.
*Informalidad económica.
*Desigualdad social.
*Jóvenes que no estudian ni trabajan.
*Concentración de los recursos económicos.
*Hacinamiento en los Grandes Centros Urbanos.
Y esta situación se puede revertir si logramos articular el Sector Público (Estado) con el Sector Privado (Empresas) y la Sociedad Civil (ONG´s).
Bien… ¿Cómo empezamos?.
La informalidad económica se combate con microcréditos. Existen hoy 4.000.000 de personas que trabajan sin tener acceso al crédito bancario. Este fenómeno llamado “pobreza con endeudamiento” se revierte con pequeños créditos para cambiar herramental de trabajo, que sirva para generar mayores recursos económicos en los emprendedores (Pymes / Mypes).
La desigualdad social que genera violencia e inseguridad se combate desde el Estado, distribuyendo mejor la riqueza e implementando políticas sociales acordes con cada región.
Los jóvenes no estudian ni trabajan, porque ya no creen en el sistema político, en las instituciones y por que en general no tienen una meta para alcanzar. Los jóvenes de hoy creen en “una persona” (maestro-vecino-amigo). Creen en un “Tutor”. Alguien que los guíe, que llegue a ellos con su palabra. Debemos acompañar a los jóvenes con tutores que los devuelvan a la escuela, al trabajo; crear un sistema becario con acompañamiento económico para que el joven tome “hábitos de continuidad”. Además hay que flexibilizar la educación.
Crear empleo para el que busca trabajo, desde un desarrollo local. Nuevas políticas laborales, acorde a las necesidades de cada región. Fortalecer la capacitación sólo en las áreas en donde se necesita trabajo; con una metodología rápida.
Y fortalecer las redes comunitarias (Estado + ONG´s + Empresas) ya que las Organizaciones Sociales están muy dispersas y su impacto social es muy bajo.
Las Organizaciones del Tercer Sector que creen que el asistencialismo (Comedor / Copa de leche / Costurero) sigue siendo una herramienta de inclusión social, están totalmente equivocadas. Hoy (2010) las herramientas y metodologías han cambiado. Hay nuevas modalidades de articular el lenguaje entre: Estado / ONG´s / Empresas. Capacitar. Crear fuentes genuinas de trabajo con roles para cada sector; con métodos de planificación rápidas.
Hay que aprovechar estos 5 años de crecimiento para sostenernos durante los próximos 15 años.
Insisto: El gran desafío para la inclusión social, es la articulación entre el Sector Público, el Sector Privado y la Sociedad Civil (ONG´s).
Si podemos articularnos, tenemos la posibilidad de acortar esa brecha que separa a ricos y pobres en un mediano plazo.
Fuente: Lic. Daniel Arroyo
Ex Ministro de Desarrollo Social de la Nación
Presidente del Banco Provincia de Buenos Aires
(En el marco de la XVI Jornada Argentina del Sector Social)